Revista Haroldo, Miércoles 31 de Diciembre de 1969

Los espacios de memoria en pandemia

A 107 días del inicio del aislamiento social, preventivo y obligatorio Revista Haroldo realizó un relevamiento sobre cómo están trabajando los espacios de memoria en pandemia y comprobó que no hay brazos caídos: las actividades y propuestas se adaptaron a los nuevos formatos, virtuales, y suman nuevos públicos. Qué se está haciendo en el Olimpo, Orletti, el Museo Sitio de Memoria ESMA, la ex Comisaría Quinta de La Plata, el Faro de Mar del Plata, el Espacio Memoria (ex D2) de Mendoza, “El Infierno”, de Avellaneda; la ex D2, La Perla y el Campo de la Ribera en Córdoba y el Museo de la Memoria en Rosario.

Archivo fotográfico de La Perla, Córdoba

Por Bárbara Komarovsky ¿Reinventarse? ¿Reformarse? ¿Repensarse? Los ex centros clandestinos de la dictadura cívico-militar transformados en espacios o museos de memoria perdieron, con la cuarentena impuesta por la pandemia del Coronavirus, un aspecto central de su tarea: el contacto directo con lxs visitantes, lxs artistas, entre lxs trabajadorxs. La posibilidad de poder pensar, discutir e intercambiar cara a cara, de proyectar las estrategias para hacer propia y más comprensible la historia reciente. Quizá estos espacios tengan que reinventarse, transformarse o al menos repensarse. Y ninguna virtualidad reemplazará la posibilidad de estar en los sitios, de respirar el aire en esos lugares que aún son prueba judicial, de conversar con lxs sobrevivientes que pasaron por allí. Pero lo cierto es que las propuestas no se detuvieron sino que tomaron otra forma, que se está pensando mientras se anda el camino. Revista Haroldo hizo un relevamiento acerca del funcionamiento durante la cuarentena de dichos sitios, en toda la Argentina, y comprobó que no hay brazos caídos: las actividades siguen en formato virtual o, en contados casos, en forma presencial con guardias mínimas. Las cuentas de Facebook, Instagram y Twitter y las páginas web de las instituciones son las principales plataformas disponibles para generar el intercambio. Hay propuestas amplias y variadas de conferencias, capacitaciones, materiales y propuestas educativas o recordatorios de episodios de la historia reciente. A la vez, las redes sociales se convirtieron en canales de denuncia de atropellos a los derechos humanos de las poblaciones más vulneradas o bien para amplificar las redes de contención en el marco de la pandemia por el Covid 19. Porque los espacios de memoria también son presente. Tal es el caso de El Olimpo, que en sus redes anuncia las distintas ollas populares que tienen lugar en el barrio porteño de Floresta y detalla los espacios que desarrollan tareas solidarias. Pero también se permite pensar en el regreso: en estos meses comenzaron a desarrollar la propuesta “Sentemos presente. Proyectos de entre casa. Soñando con la vuelta” en el que convocan a la comunidad a generar diseños (hay una plantilla para descargar) sobre los bancos de calle que circundan el predio. La consigna es que “esas imágenes representen los sueños de las y los compañeros detenidos-desaparecidos y los nuestros”. En la misma línea desde el sitio de La Perla, en Córdoba, armaron una convocatoria abierta para presentar afiches bajo la consigna “Cada derecho, todos los derechos”. La propuesta, que se hace en conjunto con la Facultades de Artes y de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Nacional de Córdoba, es producir material que represente las múltiples prácticas de resistencia por la defensa, promoción y ampliación de derechos en nuestro país. Otro de los objetivos que se plantearon desde dicha provincia es el fortalecimiento del proyecto “Presentes. Memoria virtual” que ya cuenta con más de 1.200 historias y relatos de detenidos-desaparecidos entre 1966 - 1983 “cuya memoria, de distintas formas, está ligada a Córdoba”. Asimismo, el Faro de la Memoria de Mar del Plata propone que el #Quedateencasa “sea una oportunidad para seguir recordando y homenajeando a nuestrxs compañerxs”. “La lucha de lxs 30.000 hoy cobra más vigencia que nunca: un proyecto de comunidad en el que estén todxs incluidxs, con derechos garantizados e igualdad de oportunidades. Hoy creemos que es esa organización de la comunidad la que nos puede salvar de la pandemia mundial que estamos sufriendo”. En ese sentido, convocan a buscar en los archivos fotos y cartas o escribir sobre un familiar, amigx o compañerx “para recuperar sus sueños, sus luchas, sus proyectos, sus historias de vida”. El Espacio para la Memoria y los Derechos Humanos de Mendoza (ex D2) también está compartiendo contenidos en las plataformas virtuales: por un lado una serie de publicaciones de producciones, ligadas a lo artístico, realizadas por detenidos desaparecidos y por sobrevivientes de los “centros de secuestro y torturas de la provincia” y por el otro se está actualizando el listado de víctimas del Terrorismo de Estado de y en Mendoza entre 1971 y 1983. Además, en las distintas jurisdicciones en las que estaba pendiente el inicio de juicios por delitos de lesa humanidad, la comunidad está motorizando el comienzo de estos procesos. Tales son los casos de Córdoba, donde debe arrancar el décimo juicio por los crímenes cometidos en esa provincia (causas Diedrichs y Herrera) y de Avellaneda (provincia de Buenos Aires) donde comenzará el proceso por los delitos cometidos en “El Infierno”. En tanto, Abuelas de Plaza de Mayo continúa con la campaña “La búsqueda desde casa”, en la que convoca a que quienes tengan dudas sobre su origen se acerquen a la institución; además de los canales habituales (se pueden hacer consultas al mail dudas@abuelas.org.ar), se habilitaron dos líneas de WhatsApp. “Mientras #NosQuedamosEnCasa ayudemos a que otros y otras #VuelvanACasa”, proponen las Abuelas que ya restituyeron la identidad de 130 hombres y mujeres. 24 de marzo y después El jueves 19 de marzo el presidente Alberto Fernández anunció el aislamiento social, preventivo y obligatorio. Por esos días los organismos de Derechos Humanos comunicaron una decisión histórica: para preservar la salud, suspenderían por primera vez desde la vuelta de la democracia las marchas en todo el país por el 24 de marzo. En el mismo anuncio, convocaron a seguir trabajando el tema en las casas y lanzaron el hashtag #PañuelosConMemoria para que cada quien suba a sus redes fotos con las consignas históricas. Pero la cuarentena continuó (aunque algunas provincias ya están en la fase de distanciamiento social) y empezaron a transcurrir otras fechas marcadas en rojo en el calendario de la memoria como el 20 de mayo, día que se realiza la marcha del silencio en Uruguay o el 29 de ese mismo mes, aniversario del Cordobazo. En ese sentido, en sus redes los espacios de memoria recuerdan sus propias efemérides. Orletti, ubicado en el barrio porteño de Floresta, posteó el 11 de mayo que “exactamente 44 años atrás, se otorgó posesión del inmueble a los represores”. El lugar, que funcionaba como un taller mecánico, fue la base del Plan Cóndor; allí estuvieron secuestrados unos 300 ciudadanos y ciudadanas de Argentina, Bolivia, Chile, Paraguay, Uruguay, Brasil, Perú y Cuba. Fue desmantelado en noviembre de 1976, hecho que se aceleró por la fuga de dos secuestrados. Educación y formación en el territorio virtual Uno de los objetivos centrales de todos los referentes de los espacios de memoria consultados por Revista Haroldo es poder aportar material educativo a lxs docentes y formadores para que sumen contenidos, ahora que las clases se imparten de modo virtual. Así lo explicó Matías Capra, trabajador de La Perla, en Córdoba, quien comentó que junto al resto de los sitios de la provincia (Archivo Provincial de la Memoria / ex D2 y Campo de la Ribera) hay un trabajo pedagógico en común con distintas propuestas que tienen que ver con producciones, ejercicios y cuestiones artísticas apuntadas a todos los niveles educativos. Entre esas actividades están las “Cartas de navegación”, una serie de “secuencias didácticas para trabajar en la escuela” que buscan responder a las preguntas sobre qué pasó el 24 de marzo de 1976 y cómo se implementó el Terrorismo de Estado en Córdoba. El objetivo es, siempre, formular nuevas preguntas: “Periplos –indica el material- se llaman aquellas connotaciones que provienen de tiempos lejanos y nos invitan a recorrer nuestros propios caminos; con nuestros conocimientos, quehaceres y ganas, tomando la experiencia de otros aventureros. Sabiendo que los caminos de la memoria son infinitos, intrincados y colectivos; las cartas de navegación buscan aportar a la reflexión y discusión sobre nuestro pasado reciente en las escuelas y espacios educativos, y sobre todo abrir nuevas preguntas y caminos…nuevos periplos”. El Olimpo proponer seguir “activando derechos en casa” a través de preguntas sencillas como “¿Qué es un derecho?” y “¿Todos tienen los mismos Derechos?”. Las actividades están acompañadas por material audiovisual del canal Pakapaka. Asimismo, continúan actividades que ya tienen un espacio ganado en la agenda de la memoria. Por caso, la Visita de las 5, una propuesta que lleva adelante el último sábado de cada mes el Museo Sitio de Memoria ESMA y que se aggiornó al formato virtual. El 27 de junio, bajo el título “Compromiso social y militancia estudiantil: los valores de una generación”, la “visita” fue en homenaje a Franca Jarach (desaparecida el 25 de junio de 1976) y participaron de un conversatorio su mamá Vera, Madre de Plaza de Mayo; el abogado y compañero de Franca en el Nacional Buenos Aires Aníbal Ibarra; Beatriz Ruiz y Diana Guelar, co-autoras con Vera Jarach del libro “Los chicos del exilio”, la vocal del Centro de Estudiantes del Nacional Buenos Aires Malena Arouh, y Marta Álvarez, sobreviviente de la ESMA. La Visita de las 5 siempre es narrada por un cronista, que en esta oportunidad fue Martín Kohan. También estuvieron presentes en el Zoom la directora del espacio, Alejandra Naftal y el secretario de Derechos Humanos Horacio Pietragalla Corti. Una de las metas de las instituciones es brindar recursos. En ese sentido el Museo de la Memoria de Rosario, que a diferencia del resto de los espacios consultados por Revista Haroldo no funcionó como centro clandestino durante la dictadura, puso a disposición al comienzo de la cuarentena algunas de las piezas de la muestra permanente y habilitó el acceso a los 26 libros que componen la colección "Déjame que te cuente", textos que narran aspectos de la vida de un desaparecido/desaparecida o asesinado/asesinada de Rosario durante el terrorismo de Estado. Se trata de libros de producción artesanal. El proyecto, cuentan desde el Museo, está teniendo buena repercusión y se encuentra aún abierto: cada año se agregan más historias. El Museo también colgó en web la pieza audiovisual “Errores crímenes calamidades”, que toma su nombre de la Carta Abierta que el periodista y escritor Rodolfo Walsh escribió desde la clandestinidad el 24 de marzo de 1977, en la que se narran los acontecimientos políticos y sociales más importantes del periodo de 1930 a 1983, explorando la genealogía de la violencia que subyace en el terrorismo de Estado de la dictadura cívico-militar iniciada en 1976. Las capacitaciones, que se realizaban de modo presencial, ahora son virtuales. La directora del Museo, Viviana Nardoni, señala que, junto a su equipo de trabajo, consideran que el terreno digital abrió “nuevos públicos” que quizás antes no se animaban a visitar el espacio y ahora lo consideran. El foco del trabajo del Museo está en los jóvenes entre los 15 y 30 años, por eso hay un intercambio permanente con las escuelas medias. Pero también incursiona en otros territorios: hace un tiempo lanzaron el proyecto “Escribirte en la historia” que aborda detalles de las vidas de víctimas de violencia institucional en Rosario. Son textos escritos por periodistas e ilustrados por diseñadores. Hay algunas pocas actividades que continuaron su curso en modo presencial y son las que están ligadas al proyecto “Constructores territoriales en derechos humanos”, una derivación del programa Jóvenes y memoria, en el que trabajan, ya desde hace tres años, chicos y chicas de barrios populares. En los últimos meses visitaron centros de refugio para personas en situación de calle para desarrollar experiencias lúdicas. Los jóvenes que participan de este programa reciben formación en derechos humanos, género y diversidades también para ser guías del museo para grupos juveniles. “Somos muy de sacar el museo a la calle”, afirma Nardoni. Antes de la cuarentena, tres veces al año, el museo presentaba sus muestras en pueblos pequeños a través de un programa de itinerancia. Otros espacios, al tiempo que piensan estrategias para “el afuera”, están aprovechando la cuarentena para pensarse hacia adentro: formarse en distintos temas o armar nuevas propuestas. Tal es el caso del Campo de la Ribera, en Córdoba, donde los trabajadores están investigando en dos ejes: la historia del espacio, desde sus orígenes como una iglesia jesuita construida alrededor de 1850 y cómo trabajar con los más chiquitos, del nivel inicial, abordando temas como el derecho a la identidad. En relación con los orígenes del espacio hasta ahora se sabía que había comenzado a funcionar como centro clandestino en diciembre de 1975. Sin embargo, en el último tiempo, declararon en los juicios testigos de Jehová que, al negarse a hacer la conscripción por su fe religiosa, eran declarados objetores de conciencia y enviados al Campo de la Ribera. Esos jóvenes, hoy adultos, afirmaron que el espacio había operado de modo clandestino incluso antes de diciembre de 1975. También en el sitio de memoria de la excomisaría Quinta de La Plata están abocados al trabajo de investigación. El espacio, uno de los últimos en abrir al público –en 2019- está a la espera de una puesta en valor para iniciar una propuesta museográfica y en cuarentena, están armando los contenidos. La idea es generar distintas “estaciones” en las que lxs visitantes obtengan información sobre los juicios, acerca del espacio como maternidad clandestina, y sobre las historias de vida y militancia de quienes pasaron por allí. Asimismo, el espacio tiene un anexo donde, hasta el confinamiento, se realizaban actividades culturales. Ahora, en las redes se pueden ver videos de los artistas que pasaron por allí. En Mendoza están ultimando los contenidos para un curso de capacitación docente con puntaje propuesto y organizado por el EPM exD2 que las autoridades de Educación provincial aprobaron recientemente. “La verdad es que es difícil pensar nuevas estrategias para un lugar que está abierto todos los días con decenas de pibes y pibas circulando, es complejo de atravesar”, admite María Julia Portas trabajadora e integrante de la Mesa de la Memoria del ex CCDTyE “El Infierno” de Avellaneda a Revista Haroldo. En ese espacio venían realizando un trabajo con la Universidad Nacional de Avellaneda en el que los estudiantes cursan con trabajadores del Espacio materias vinculadas a la memoria y el territorio. Justamente uno de los temas que se proponen investigar ahora es qué pasa con los espacios de memoria en estos contextos. Este es uno de los espacios que continúa abierto, con una guardia mínima, porque allí también funciona la Secretaría de Derechos Humanos local que recibe denuncias por la situación de los detenidos y detenidas tanto en comisarías como penales de la zona. En la cuenta del debe, desde el espacio del Archivo Provincial de la Memoria/exD2 de Córdoba, comentan que en 2019 hubo 12.000 recorridos pedagógicos en los que participaron no solamente escuelas sino también gremios, comedores y organizaciones barriales. María Eleonora Cristina, referente del espacio, señala que las dificultades también son en términos de infraestructura. En la ex D2 además del sitio, funciona la Comisión Provincial de la Memoria y el Archivo. Cristina cuenta que al no tener acceso remoto -por ser documentación sensible- están “resolviendo cómo pueden” algunos pedidos vinculados a trámites administrativos. Asimismo lamentan que este año no se podrán llevar adelante las actividades de la Semana de la Memoria, que reúne a cientos de chicxs, desde 2007. Por ese ciclo pasaron activistas, músicxs y escritorxs como Marlene Wayar, Camilo Blajaquis, Laura Devetach, María Teresa Andruetto, Carli Jimenez (el hijo de la Mona) y Camila Sosa Villada. Tampoco se harán una serie de festivales y las sesiones del Concejo Deliberante y la legislatura provincial que estaban pautadas para desarrollarse en el Campo de la Ribera, que en 2020 conmemora 10 años desde su apertura como espacio de memoria. Mario Paredes, director del espacio, cuenta que también estaban preparando la señalización del barrio Campo de la Ribera con los rostros de los desaparecidos y los militantes populares asesinados. La vuelta Distintos referentes de los espacios para la memoria, en especial los que funcionan fuera del AMBA creen que, pasado el invierno, podrán volver a trabajar a puertas cerradas. Y estiman que aunque se reanuden las clases, este año los chicxs no van a volver a visitar los sitios. Sin embargo, en La Perla, por caso, para no perder el contacto con los colegios, les están pidiendo a los docentes que escriban sobre su experiencia al visitar el espacio. Nicolás Kippes, del Instituto Parroquial Bernardo D`Elia de Carlos Paz, estuvo en octubre 2019 y escribió: 𝘌𝘭 𝘱𝘳𝘪𝘮𝘦𝘳 𝘮𝘰𝘵𝘪𝘷𝘰 𝘱𝘢𝘳𝘢 𝘳𝘦𝘤𝘰𝘳𝘳𝘦𝘳 𝘓𝘢 𝘗𝘦𝘳𝘭𝘢 𝘤𝘰𝘯 𝘯𝘶𝘦𝘴𝘵𝘳𝘰𝘴 𝘢𝘭𝘶𝘮𝘯𝘰𝘴 𝘳𝘢𝘥𝘪𝘤𝘢 𝘦𝘯 𝘭𝘢 𝘢𝘺𝘶𝘥𝘢 𝘲𝘶𝘦 𝘦𝘴𝘵𝘦 𝘦𝘴𝘱𝘢𝘤𝘪𝘰 (𝘢𝘴í 𝘤𝘰𝘮𝘰 𝘦𝘭 𝘈𝘳𝘤𝘩𝘪𝘷𝘰 𝘗𝘳𝘰𝘷𝘪𝘯𝘤𝘪𝘢𝘭 𝘥𝘦 𝘭𝘢 𝘔𝘦𝘮𝘰𝘳𝘪𝘢 𝘰 𝘦𝘭 𝘊𝘢𝘮𝘱𝘰 𝘥𝘦 𝘭𝘢 𝘙𝘪b𝘦𝘳𝘢), 𝘣𝘳𝘪𝘯𝘥𝘢 𝘢 𝘭𝘢 𝘩𝘰𝘳𝘢 𝘥𝘦 𝘱𝘰𝘥𝘦𝘳 𝘵𝘳𝘪𝘥𝘪𝘮𝘦𝘯𝘴𝘪𝘰𝘯𝘢𝘭𝘪𝘻𝘢𝘳 𝘭𝘰𝘴 𝘱𝘳𝘰𝘤𝘦𝘴𝘰𝘴 𝘩𝘪𝘴𝘵ó𝘳𝘪𝘤𝘰𝘴. 𝘗𝘰𝘳 𝘵𝘳𝘪𝘥𝘪𝘮𝘦𝘯𝘴𝘪𝘰𝘯𝘢𝘭𝘪𝘻𝘢𝘳, 𝘩𝘢𝘨𝘰 𝘳𝘦𝘧𝘦𝘳𝘦𝘯𝘤𝘪𝘢 𝘢 𝘭𝘢 𝘱𝘰𝘴𝘪𝘣𝘪𝘭𝘪𝘥𝘢𝘥 𝘥𝘦 𝘥𝘢𝘳 𝘦𝘯𝘵𝘪𝘥𝘢𝘥, 𝘮𝘢𝘵𝘦𝘳𝘪𝘢𝘭𝘪𝘥𝘢𝘥, 𝘷𝘰𝘭𝘶𝘮𝘦𝘯 𝘺 𝘴𝘪𝘨𝘯𝘪𝘧𝘪𝘤𝘢𝘯𝘤𝘪𝘢 𝘦𝘧𝘦𝘤𝘵𝘪𝘷𝘢, 𝘢 𝘭𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘥𝘦 𝘰𝘵𝘳𝘢 𝘧𝘰𝘳𝘮𝘢 𝘴𝘰𝘭𝘰 𝘲𝘶𝘦𝘥𝘢, 𝘱𝘢𝘳𝘢 𝘯𝘶𝘦𝘴𝘵𝘳𝘰𝘴 𝘢𝘭𝘶𝘮𝘯𝘰𝘴, 𝘦𝘯𝘤𝘦𝘳𝘳𝘢𝘥𝘰 𝘦𝘯 𝘭𝘢 𝘣𝘪𝘥𝘪𝘮𝘦𝘯𝘴𝘪𝘰𝘯𝘢𝘭𝘪𝘥𝘢𝘥 𝘱𝘭𝘢𝘯𝘢 𝘥𝘦 𝘶𝘯 𝘭𝘪𝘣𝘳𝘰. También están evaluando, que, de regresar las clases, lxs trabajadorxs del área de pedagogía puedan ir a las escuelas. Encuentro federal A comienzos de junio, representantes de distintos espacios para la memoria en todo el país se reunieron de modo virtual con el Secretario de Derechos Humanos de la Nación para coordinar acciones en común. Se discutió sobre cómo se trabaja con la recepción de turistas, la promoción para personas adultas no informadas, las visitas y actividades para menores de edad y la transmisión de la memoria a través de otros lenguajes. El primero de esos encuentros había sido en forma presencial el 13 de diciembre de 2019 y el tema fue la producción de documentación para el Expediente de candidatura del Museo Sitio de Memoria ESMA a la Lista de Patrimonio Mundial de la Unesco. Leonardo Fossati, nieto recuperado por las Abuelas de Plaza de Mayo y referente del espacio para la memoria Comisaría Quinta de La Plata, que estuvo presente en la reunión virtual, dice que fue un “encuentro inicial, de presentación en el que todos contamos nuestra experiencia en cuarentena y cómo nos fuimos adaptando”. Se habló de una posible apertura de los espacios, pasado el invierno, de acuerdo a cómo evolucione la pandemia por el Coronavirus. Se programó una nueva reunión para el mes de septiembre y una de las iniciativas que surgió –cuenta Julia Soulier, referente de La Perla- fue generar encuentros por regiones para trabajar los temas en común. El primero de estos encuentros regionales -convocados por la Dirección Nacional de Sitios de Memoria y el Consejo Federal de Derechos Humanos- se realizó a mediados de junio con funcionarixs del área de Derechos Humanos de la región Patagonia. Estuvieron presentes representantes de las provincias de Neuquén, Tierra del Fuego, Chubut y Río Negro. El objetivo de la reunión fue avanzar en una agenda de trabajo federal sobre Espacios para la Memoria, que incluye una propuesta de actualización del Catálogo de Espacios de Memoria, que fue confeccionado en 2015, y la preparación de un Encuentro Nacional de los mismos. “Estamos llevando adelante estos encuentros regionales sobre temáticas que cruzan a los Espacios para Memoria. La idea es poder conversar con más de los 40 espacios que existen en todo el país”, señalaron desde la Dirección Nacional de Sitios de Memoria de la Secretaría de Derechos Humanos. “Para nosotros es muy importante escucharlos, que nos cuenten la realidad actual de los Espacios de Memoria, las actividades que llevan adelante en este contexto de pandemia, y las cuestiones de preservación y los proyectos de obra”, puntualizaron. La misión de los espacios de memoria es en el presente: se busca acercar la historia reciente a las nuevas generaciones, aportar información para los juicios, formar a la ciudadanía sobre el terrorismo de Estado para reivindicar el valor sobre la vida, la libertad y la construcción colectiva. Es presente porque los delitos de lesa humanidad que se están juzgando se siguen cometiendo hasta que no haya condenas en todos los juicios y porque los casi 300 bebés –hoy adultos- robados siguen sin conocer su identidad. Y no hay pandemia que frene ese trabajo.

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