El Ciudadano, Viernes 22 de Noviembre de 2019
Revisar en clave feminista los delitos cometidos en centros clandestinos
La muestra “Ser mujeres en la Esma” recoge testimonios de los abusos sufridos por las sobrevivientes en la última dictadura cívico militar. Inaugura este sábado 23, a las 18.30 en el Museo de la Memoria.
Por Candela Ramírez
“Una demanda del presente hacia el pasado”, definió Alejandra Naftal al surgimiento de la muestra Ser Mujeres en la Esma. Testimonios para volver a mirar. La actual directora del Museo Sitio de Memoria ESMA es una de las personas que hizo posible que hoy a las 18.30 en el Museo de la Memoria (Córdoba 2019) se inaugure esta muestra que intenta retratar, a través de testimonios en primera persona, la especificidad de los delitos cometidos contra las mujeres en los centros clandestinos de detención que funcionaron durante la última dictadura cívico-militar. Este año, por primera vez en los Tribunales Federales de Rosario, se exige considerar los delitos sexuales como autónomos y no como una forma más de tormento en el marco de la megacausa Feced.
Como parte de la inauguración habrá hoy un conversatorio con Ana Oberlin, fiscal Ad Hoc en la Unidad Especializada de Derechos Humanos del Ministerio Público Fiscal, y con Gabriela Durruty, abogada querellante de juicios de lesa humanidad. La actividad se enmarca en Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres que se conmemora este lunes 25 de noviembre.
Museo con perspectiva
La Escuela de Mecánica de la Armada (Esma) funcionó como centro clandestino de detención, tortura y exterminio entre 1976 y 1983. Se calcula que pasaron cerca de 5000 personas detenidas-desaparecidas. La mayoría fue arrojada viva al mar en los conocidos “vuelos de la muerte”. El lugar ocupaba un predio de 17 hectáreas sobre una de las principales vías de acceso a la ciudad de Buenos Aires, la Avenida del Libertador, y su núcleo operativo fue el Casino de Oficiales. Allí funciona actualmente el Museo Sitio de Memoria Esma y en marzo de este año se inauguró la muestra.
Consiste en paneles con testimonios judiciales de mujeres sobrevivientes y proyecciones audiovisuales. El objetivo es lograr un cruce generacional: retomar las consignas actuales del movimiento de mujeres para revisar las diversas formas de violencia y las narrativas a las que apelaron las sobrevivientes para ser reconocidas y juzgadas.
La exposición propone una segunda mirada sobre los delitos cometidos en aquellos años. Naftal contó que una de las críticas que recibieron que recibieron cuando inauguraron en mayo de 2015 el Museo Sitio de Memoria ESMA fue la falta de una perspectiva de género. Desde entonces los feminismos cobraron protagonismo en la escena pública argentina, desde el primer grito Ni Una Menos hacia las luchas por una ley de interrupción voluntaria del embarazo. El museo se propuso caminar a la par de estas demandas.
Durante dos años, un equipo de historiadoras, sociólogas, contenidistas e integrantes de atención al público trabajó en un proyecto de investigación que culminó en la actual muestra. Naftal destacó que todo el proceso se dio a la par de una interacción con las sobrevivientes, quienes fueron escuchadas y cuyas palabras fueron tomadas en primera persona. En Rosario, la muestra incluirá testimonios de las sobrevivientes del Servicio de Informaciones que funcionó en la esquina de Dorrego y San Lorenzo.
Universidad y memoria
Paula Contino, secretaria del área de Derechos Humanos de la UNR, resaltó el compromiso político de la Universidad con el proceso de Memoria, Verdad y Justicia. “No sólo se trata de un pasado reciente sino de una memoria viva, situada, abierta y rehabitada”, opinó. Contino dijo que existe una mirada disruptiva y destacó el proceso por el cual los feminismos atraviesan distintos campos como el de los derechos humanos y los juicios de lesa humanidad.
“Es importante que la universidad participe por ser productora de conocimiento y formadora de lazos vitales, sobre todo con nuestra comunidad que es la que nos da sentido permanente”, señaló.
Para ella, los testimonios de las sobrevivientes permiten reconfigurar los sentidos. “La primera vez que visité el museo de la Esma este año fue tan emocionante que implicó volver a ver y a mirar. Me considero una persona con conciencia política pero estar ahí me generó una inscripción única. No podía enunciar una sola palabra cuando me miraba con las demás personas. Tenía la sensación de estar en un lugar inenarrable: la convivencia entre el horror y la vida que sigue”, contó, y en relación con los testimonios agregó: “Fueron muy valientes las sobrevivientes. Tomé una nueva dimensión de lo que significa el testimonio como una forma de que las protagonistas den cuenta de lo que pasó, y no sean sujetos narrados por otros. La primera persona es una narrativa necesaria de memoria viva”.
Contino dijo que “es vital que la universidad tenga la responsabilidad de generar conciencia en los estudiantes” y destacó la decisión de la actual gestión de generar programas en ese sentido, teniendo en cuenta el contexto regional de militarización y represión de las movilizaciones populares en países como Chile y Bolivia.
Por su parte, Florencia Rovetto, responsable del área de Género y Sexualidades de la UNR vinculó la participación de la universidad en la muestra con la “jerarquización de un área de género y sexualidades” y con la “revalorización del área de derechos humanos del gabinete de gestión de la UNR”. Rovetto destacó que en la ciudad se juzguen por primera vez delitos contra la integridad sexual en el marco de la última dictadura. “La propuesta es visibilizar desde la universidad, como una institución de relevancia social, este aspecto en particular que requiere generar miradas y reflexiones sensibles que permitan resituar el problema de la Memoria, Verdad y Justicia en una clave feminista”, señaló.
“Al calor de las demandas de los feminismos y los movimientos de mujeres y disidencias, la sociedad y la Justicia pueden incluir por primera vez en más de 40 años una mirada con perspectiva de género para revisar la historia”, agregó.
La exposición
La muestra se inaugura el sábado 23 de noviembre a las 18.30 en el Museo de la Memoria (Córdoba 2019). Puede visitarse hasta el 17 de diciembre, de martes a viernes de 13 a 19, y sábados, domingos y feriados de 16 a 19; desde el 18 de diciembre, estará de martes a viernes de 9 a 13, y sábados, domingos y feriados de 17 a 20. La muestra estará hasta el 16 de febrero de 2020.
La muestra consiste en paneles con testimonios judiciales inscriptos de mujeres sobrevivientes y también hay proyecciones audiovisuales. El objetivo es lograr un cruce generacional: retomar ejes de las consignas del movimiento de mujeres del presente -“Lo personal es político”, “Vivas nos queremos” y la idea de sororidad como estrategia de supervivencia- para revisar las diversas formas de violencia, así como las narrativas a las que apelaron las mujeres sobrevivientes para que sean reconocidas y juzgadas.
En el armado en la ciudad estuvieron Alejandra Naftal, directora del Museo Sitio de Memoria ESMA; Viviana Nardoni, directora del Museo de la Memoria; Franco Bartolacci, rector de la Universidad Nacional de Rosario (UNR); Paula Contino, secretaria del Área de Derechos Humanos de la UNR; Florencia Rovetto, secretaria del Área de Género y Sexualidades de la UNR; Ana Oberlin, fiscal Ad Hoc y Gabriela Durruty, abogada querellante de juicios de lesa humanidad. Asimismo, la palabra de las mujeres sobrevivientes de los centros clandestinos de detención ESMA- CABA y del Servicio de Informaciones –SI- de Rosario.