Enredando, Jueves 22 de Agosto de 2019

Narrar las infancias en dictadura

En el libro "Infancias. La narrativa argentina de HIJOS", Teresa Basile trabaja las diferentes situaciones y momentos que muchxs niñxs vivieron durante la última dictadura cívico-eclesiástico-militar en el país. Al crecer en ese contexto, de adultxs generaron diferentes producciones culturales y literarias para poder avanzar ya sea en su búsqueda de la verdad, en la compresión de lo acontecido o en la necesidad simple de contar lo vivido.

Por Carina Toso

Mi madre se decide finalmente a explicarme, a grandes rasgos, lo que pasa. Hemos tenido que dejar nuestro departamento, dice, porque desde ahora los Montoneros deberán esconderse. Es necesario, ciertas personas se han vuelto muy peligrosas: son los miembros de los comandos de las AAA, la Alianza Anticomunista Argentina, que “levantan” a los militantes como mis padres y los matan o los hacen desaparecer. Por eso debemos refugiarnos, escondernos, y también resistir. Mi madre me explica que eso se llama “pasar a la clandestinidad”. “Desde ahora viviremos en la clandestinidad.” Esto, exactamente, es lo que dice.

Así relata parte de su infancia Laura Alcoba en su libro La Casa de los Conejos. Lo escribió en 2008 y es una de las producciones literarias que Teresa Basile retoma en Infancias. La narrativa argentina de HIJOS. La autora es doctora en Letras y miembro del Comité Científico e Investigadora del Centro de Teoría y Crítica Literaria (IdIHCS-CONICET), también es profesora en la cátedra de Literatura Latinoamericana II, de la Universidad Nacional de La Plata. En este libro propone explorar la producción literaria de los hijxs de las víctimas de la última dictadura en Argentina.

En su investigación y relato hay dos cuestiones que remarca: la notable y fecunda cantidad de obras en diversos formatos artísticos como la fotografía, el cine, la narrativa, la poesía, el teatro, el testimonio, la performance, la plástica, las instalaciones, los discursos críticos, los blogs, y las inéditas experiencias que allí se presentan, en especial las que remiten a la infancia bajo el terrorismo estatal.

—Vi en las narrativas de lxs hijxs una producción muy potente, muy poderosa, muy amplia y en diferentes formatos: desde la poesía, la narrativa, el cine. Trabajé películas como Los Rubios de Albertina Carri e Infancia Clandestina de Benjamín Ávila, obras en fotografía como Arqueología de la ausencia de Lucila Quieto, en la que a través de fotomontajes crea escenas familiares que nunca existieron entre hijxs con sus padres desaparecidxs. También obras de teatro como la de Lola Arias. Otra cosa que me llamó la atención es que cuando empecé con estas lecturas descubrí ese universo que ellos estaban explorando. Hay una imagen, una metáfora que utiliza Mariela Peller y que dice que lxs hijxs se volvieron a calzar los zapatos de la niñez y fueron entonces a revisar, a bucear en esos tiempos que vivieron situaciones de las que no fueron del todo conscientes, como es lógico. Como adultxs volvieron hacia su niñez y revisaron los significados—explica la escritora.

Basile, a lo largo de su libro, habla de diferentes tipos de infancias: la infancia clandestina, en relación a lo que significa para lxs niñxs vivir en esa familia de militantes que en determinado momento pasa a la clandestinidad, a vivir en ese doble mundo, con una verdad dentro de la casa y otra afuera, con nombres falsos, fechas de cumpleaños falsas.

También habla de la infancia huérfana que significa haber perdido a lxs padres, que estxs padres hayan desaparecido, algo muy distinto a otros tipos de muertes. Desaparición tras la cual muchos esperaban el regreso porque no se tenía plena conciencia de lo que era un desaparecido.

—Después de que se entiende que el desaparecido fue asesinado, se da toda una búsqueda infinita para averiguar qué sucedió con esxs padres, cuál fue el destino último, pero también para averiguar cuáles eran sus gustos musicales, que les interesaba. Para muchos, esxs padres son desconocidxs y ellos quieren saber quiénes eran—afirma Teresa.

Mi abuela lela siempre dijo que mamá, durante el cautiverio en la ESMA, había tenido otro hijo. Varias veces la oí discutir del tema con mi abuelo. Ellos se iban al fondo, al zapallar, y hablaban de todo lo que yo no tenía que saber. Pero a veces me escondía entre las hojas de los zapallos, que para mí eran un lugar de juego, yo soldado, refugiado vietnamita, yarará, zapallo, la fuerza de las plantas crecía a mi alrededor, explosión lenta y duradera, y cuando mis abuelos llegaban para hablar los escuchaba.

Este es un fragmento de la novela Los Topos de Félix Bruzzone, cuyo protagonista principal es, al igual que el autor, hijo de desaparecidos.

La infancia apropiada también tiene su capítulo en el libro de Basile. Es la que más expone el carácter de víctima de lxs hijxs que marca uno de los modos del terrorismo de Estado: la apropiación que en algunos casos le sigue la restitución.

—Cuando pienso en las producciones de hijxs y el valor que tiene para ellxs, veo los desafíos que enfrentaron: la violencia, la desaparición de los padres, el pasaje a la clandestinidad, el allanamiento de casas, las mudanzas continuas, el llevarlo a las casas de los abuelos. Pasaron por situaciones dramáticas, en muchos casos traumáticas también. En este sentido la literatura es un modo de elaborar esas historias, de revisarlas, de bucearlas, explorarlas y también elaborar esos momentos traumáticos. Pero también es interesante lo que ellxs hacen desde el presente con esas historias, en qué medida esas historias y sobre todo la militancia de los padres revolucionarios, son los que van a ser recuperados por ellos, en especial por los que forman la agrupación HIJOS pero también por los que no la forman, porque militan desde otro lugar. Salen a buscar sus propias historias.

Y en este contexto de violencia y terrorismo de Estado, lxs más chicxs tuvieron que resignificar muchas cosas que son comunes y cotidianas en cualquier otrx niñx, aunque no para ellxs. Por el ejemplo los juegos y juguetes. Es una temática que según Basile aparece recurrentemente en este tipo de narrativas. Los protagonistas de hecho suelen ser niños y niñas, pero también asegura que se puede ver un rechazo a todo juego que los vincula a su niñez y relaciona esto a que en realidad no se sienten del todo niñxs sino que se convierten en adultxs que deben enfrentar la convulsión política por la que están atravesando.

—En este punto muchxs de ellxs adoptan las máscaras de los superhéroes. Pensando en Batman y Superman, descubrí que habían perdido a sus padres cuando eran chicos, entonces acá está la constitución de los superhéroes a partir también de la pérdida de lxs padres. Es decir, en qué medida uno puede pensar que estas subjetividades infantiles precisan de una máscara de superhéroes para poder enfrentar esas pérdidas porque dichas subjetividades no están del todo desarrolladas, son vulnerables y necesitan empoderarse a través de una máscara de un superhéroe— agrega la autora.

En esta línea, Basile asegura que sí tienen gran aceptación los juegos como por ejemplo el TEG, relacionado con la guerra, con el poder, para lograr insertarse a través de esto en la historia de lxs padres. Este juego aparece en la película Kamchatka.

Otros de los capítulos que tiene el libro Infancias está relacionado a lxs hijxs de represores agrupados bajo el nombre de hijxs desobedientes.

—Ahí uno encuentra un universo en parte desconocido, se puede distinguir entre aquellxs hijxs que acusan a sus padres y que luego van a ser estos hijxs desobedientes que los enfrentan y que con ellos sufren el exilio de la familia. Por otra parte están aquellos que defienden a sus padres incluso han dejado de lado sus estudios y profesiones para dedicarse a esa defensa y la colaboración con ellos.

El libro también recoge las producciones de Mariana Eva Pérez en Diario de una princesa montonera- 110% Verdad, Una muchacha muy bella de Julián López, Pequeños combatientes de Raquel Robles, Botín de guerra de Julio Nosiglia, Reencuentro. Crónica de la restitución de una identidad de Alfredo Hoffman que cuenta la historia de Sabrina Gullino Valenzuela Negro, nieta recuperada. Resulta imprescindible en esta lista el libro ¿Quién te creés que sos? de Ángela Urondo Raboy, en el que describe en primera persona desde su adopción hasta recuperar su verdadera identidad. Esta producción tiene su origen en su blog Pedacitos, que comenzó a escribir en 2008 y al que le siguieron otros blogs como Infancia y dictadura. Colección de sueños recurrentes, relatos simbólicos y visiones infantiles sobre la Dictadura. También es parte de corpus Aparecida de Marta Dillon que viene a sumar la resurrección del desaparecido desde la literatura.

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El libro Infancias. La narrativa argentina de HIJOS se presentará el jueves 22 de agosto 19 horas en el Museo de la Memoria de Rosario. Estará presente su autora, Teresa Basile, y la acompañarán Susana Rosano y Lucas Almada.

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