Por Alejandro Maidana
“Todo está guardado en la memoria
Sueño de la vida y de la historia
La memoria despierta para herir
a los pueblos dormidos
que no la dejan vivir
libre como el viento”
Cronología
A partir de una iniciativa del Movimiento por los Derechos Humanos, en el año 1998 surge la ordenanza de creación del Museo. Un año después surge una ampliación de esa ordenanza definiendo que el sitio adecuado sería el actual (Córdoba 2019) debido a que esa casona funcionó el Comando del segundo cuerpo del ejército.
Una importante investigación encabezada por Gabriela Águila, y secundada por importantes investigadoras basó su trabajo en la historia del ejército en nuestra ciudad. El mismo se instaló allá por principios de los 40 del siglo pasado, y operó en plena dictadura dirigiendo la inteligencia de las 6 provincias que componían el área de dicho Comando.
De todos modos y pese a que la ordenanza salió de manera temprana, las idas y venidas fueron muy prolongadas debido a que donde se encuentra hoy el Museo se llevaba a cabo una actividad comercial privada. Si bien este notable espacio de memoria comenzó a funcionar en el 2002 en un pequeño lugar que le brindaba la Secretaría de Cultura, en su sede de la Estación Rosario Norte.
En el 2010 gracias a la gestión y a las arduas negociaciones de Miguel Lifschitz, intendente en ese momento, se cerró la llegada del Museo a Córdoba y Moreno desplazando al bar que combinaba gastronomía con rock.
El trabajo de reconstrucción fue tan arduo como la lucha por recuperar el inmueble. El estado en que dejaron el mismo fue deplorable, pero las infinitas ganas de transformar el aire y solidificar la memoria, pusieron manos a la obra para levantar lo que hoy es un espacio público único en Latinoamérica.
Viviana Nardoni es directora del Museo de la Memoria, y en diálogo con Conclusión brindó detalles de los trabajos que se realizan.
“El trabajo realizado para levantar este espacio de memoria social fue maravilloso. Partiendo desde los mismos trabajadores, militantes de derechos humanos y especialmente de los artistas rosarinos que ad honorem nos tendieron una mano. Esto nos enorgullece porque podemos decir que es un Museo que está abrazado por manos rosarinas de principio a fin” enfatizó Nardoni.
Con respecto a la visión local que posee este espacio cultural la directora dijo: “Esto de que el relato tenga un fuerte anclaje a nivel local y no nacional, tiene que ver que las historias nacionales son porteño-céntricas. Esto no quiere decir que no exista una historia a nivel nacional, pero también existen particularidades como por ejemplo que la Esma no fue el mayor centro de detención clandestina, fue éste en donde nos encontramos”.
La inauguración se llevó a cabo el 17 de diciembre del 2010, empezando a funcionar el 24 de marzo del 2011. Dueño de varios departamentos que se ocupan de distintas actividades, el corazón es el de educación, que trabaja en torno a la pedagogía de la memoria.
La red latinoamericana de sitios de memorias es uno de los grandes objetivos que tiene este Museo, en torno a eso Nardoni expresó: “Sin duda alguna el objetivo que hemos trazado no es otro que abrazar a todos los países de nuestra patria grande. Ya que compartimos con ellos los momentos felices y de los otros, como por ejemplo el que nos vuelve a tocar vivir en la actualidad. Quiero destacar que en el 2010 junto a muchos sitios de Latinoamérica se pudo crear un taller llamado “Transiciones”, en el mismo existen aportes de fotos que ellos consideraban las más representativas en las transiciones a la democracia o al recupero de los derechos humanos”.
El espacio de orientación jurídica es de suma importancia dentro del combo que ofrece este sitio. Sobre el mismo la directora del museo destacó: “Gabriela Durruty y Jesica Pellegrini dos abogadas históricas de los juicios, en la actualidad están trabajando sobre lo que sucedió en Villa Constitución en 1975. Dicho operativo fue denominado “serpiente roja” y mediante la ayuda de los compañeros sobrevivientes de aquella terrible represión sufrida en la ciudad vecina, se busca reescribir la historia. Sumado a esto estamos también llevando adelante el juicio por genocidio cultural de la popular biblioteca “Vigil”.
El Museo de la Memoria no permanece inerte ante la demanda permanente y la necesidad de avanzar con acciones concretas. En el último tiempo trabajadores ferroviarios de Laguna Paiva se acercaron para hablar después de muchísimo tiempo sobre compañeros desaparecidos y la secretaría de DDHH de la provincia acudió a su llamado. Los juicios han animado a muchos sobrevivientes de tomar la decisión de llevar adelante una acción judicial, y ellos mismos en muchas oportunidades te hablan de alguien que en los archivos aún no figura.
Ante este cuadro, y la incansable lucha de madres, abuelas y organizaciones de DDHH, poner en duda la cifra de 30 mil desaparecidos es una verdadera canallada.
Biblioteca, Centro Documental, Educación, Centro de Estudios, Articulación Territorial, Servicio de Orientación Jurídica y el Bosque de la Memoria, nos invitan a adentrarnos en lo más profundo de nuestra memoria social, esa que emerge desde la conciencia como pueblo.