Diario La Capital - Educación, Sábado 19 de Diciembre de 2015
Los desafíos de la educación en derechos humanos
Para garantizar una enseñanza de calidad es necesario el reconocimiento de estos valores en todo el sistema educativo.
Ilustración Chachi VeronaPor Viviana Nardoni / Directora Museo de la Memoria
La Unesco indica en su Programa Mundial para la Educación en Derechos que “la educación relativa a los derechos humanos es parte integral del derecho a la educación y cada vez obtiene mayor reconocimiento en tanto que derecho humano en sí misma. El conocimiento de los derechos y las libertades está considerado como un instrumento fundamental para asegurar el respeto de los derechos de todas las personas. La educación debería abarcar valores tales como la paz, la no discriminación, la igualdad, la justicia, la no violencia, la tolerancia y el respeto de la dignidad humana. Una educación de calidad basada en un enfoque de derechos humanos significa que éstos se aplican a lo largo y ancho del sistema educativo y en todos los contextos de aprendizaje.
La claridad de estos conceptos podría eximirnos de fundamentar nuestra tarea educativa, no obstante consideramos que las instituciones públicas deben ser muy cuidadosas a la hora de elaborar programas de aplicación como servicios a la comunidad. Es indispensable cuestionarse, preguntarse. Nosotros desde el Museo de la Memoria de Rosario nos preguntamos: ¿es el museo un agente efectivo de cambio social, qué nuevos retos enfrenta la educación en los museos?
Con el surgimiento de algunas respuestas aparecen también los desafíos. Si bien el museo es una institución importante en las convergencias culturales actuales no las lidera pero sigue siendo la sede de operaciones de legitimación y valoración de experiencias artísticas, políticas, históricas y culturales. De esta evaluación surge que sí es posible llevar adelante programas que apunten al cambio social desde un museo. La transmisión de la cultura democrática y la construcción de la convivencia son compromisos ineludibles y permanentes del Estado hacia la sociedad, y la memoria es una herramienta poderosamente pedagógica en este proceso.
Sobre el Museo. El Museo de la Memoria de Rosario, institución de carácter estatal tiene una muestra permanente de carácter patrimonial vinculada a los núcleos paradigmáticos de la acción del Terrorismo de Estado durante la última dictadura cívico - militar argentina con sus particularidades locales; se presenta como un espacio de reflexión y sensibilización en torno a la necesidad de formarnos como ciudadanos con plena conciencia de los valores democráticos.
Sabido es que las memorias sobre la última dictadura militar son plurales, controversiales, “combaten” para imponerse unas sobre otras y aumentar adhesiones. Prueba de ello son las recientes avanzadas de diarios importantes de nuestro país con editoriales pidiendo el fin de los juicios por delitos de lesa humanidad desconociendo que la verdad y la justicia son patrimonio del pueblo argentino, como lo dijera el presidente de la Corte Suprema de la Nación, Ricardo Lorenzetti, y forman parte ya del “contrato social de los argentinos”. Por ello la pedagogía de la memoria se torna cada vez más compleja ya que los interlocutores no son pasivos, tampoco neutrales, como dice Sandra Raggio, realizan un trabajo de apropiación y construcción de sentido de lo “recibido”, incluso cuando oponen su indiferencia.
Certezas. Siempre decimos a nuestros visitantes que partimos de algunas certezas tales como que ya no puede haber debate serio sobre la historia reciente que no contemple el pleno reconocimiento, probado por la justicia, de las violaciones a los derechos humanos cometidas por la última dictadura cívico - militar que implicaron el secuestro, tortura y desaparición de miles de personas. No obstante, el desafío de este tiempo no radica sólo en poner en conocimiento esos hechos. Lo que se pone en juego aquí es asignarles significado de cara al futuro, es la transmisión e internalización de valores éticos; es intentar articular el pasado con el presente, es resignificar el Nunca Más de los ‘80 haciendo posible la visibilización de aquellos derechos que hoy son violados y con la capacidad de aprender a defender la ampliación de los derechos civiles e individuales. La urgencia de promover la convivencia ciudadana en tiempos de violencia urbana en paralelo con la oposición al uso de tecnologías disciplinadoras y punitivas desde el poder sobre los sujetos sociales señala sin dudas uno de los temas más complejos en nuestros programas pedagógicos. Para ello es fundamental promover el camino hacia el encuentro de las identidades propias, reconociendo las historias compartidas, incorporando las diversidades y en el respeto irrestricto de las diferencias.
Es responsabilidad del Estado garantizar la convivencia de allí entonces surge el compromiso asumido en la tarea de formar para convivir en democracia que realizamos desde nuestra institución. Sabemos que la formación en derechos humanos y pedagogía de la memoria no es nuestra única misión como museo pero hemos aprendido desde nuestra experiencia que si es esencial, en ese aprendizaje nos basamos para seguir adelante.