25 años | Balances y perspectivas

25 años del Museo de la Memoria de Rosario

25 años | Balances y perspectivas

Mg. Lucas Massuco | Director del Museo de la Memoria

 

El 26 de febrero de 1998, mediante la aprobación de la Ordenanza N° 6506 del Concejo Municipal, nacía el Museo de la Memoria de Rosario. El primero de su tipo en Argentina y el continente. Ese día culminaba un largo proceso de trabajo que involucró a ex-presos, organismos de DDHH de la ciudad y concejales comprometidos con plantear nuevas estrategias contra los decretos de indultos y las leyes de impunidad plenamente vigentes. El Museo nació con el objetivo de reconstruir, proteger y cultivar la memoria colectiva sobre los horrores del terrorismo de Estado que asoló a Argentina entre 1976 y 1983, con los años se sumaron la promoción del acceso al conocimiento y la investigación sobre la situación de los derechos humanos y la memoria social y política a nivel local, nacional y en Latinoamérica.

En ese contexto, el Museo nació al calor de las luchas del movimiento de DDHH de Rosario contra el olvido y la impunidad pero también como una estrategia para rescartar las memorias locales del terrorismo de Estado. Se creaba un espacio estatal porque era el Estado quien debía reparar a las víctimas, garantizar un lugar de contención y promover el encuentro con las nuevas generaciones para construir conjuntamente el Nunca más, pero se lo hacía a partir del recuerdo de lo sucedido en la ciudad que era sede del II Cuerpo del Ejército y desde la cual se ordenó e implementó el terrorismo de Estado en seis provincias argentinas. Desplegar acciones de reparación y memoria desde historias, actores, territorios e identidades locales y en vínculo (complejo) con la historia nacional y latinoamericana constituían una novedad que hoy es ejemplo.

El 26 de febrero de 2023 las y los trabajadores del Museo comenzamos a celebrar los primeros 25 años del Museo con un homenaje a las personas fundamentales en esta historia: concejales que impulsaron la creación y la designación de nuestra sede definitiva, a las personas que integraron las distintas Comisiones directivas, a los directores, a las y los artistas y colaboradores que forman parte de la muestra permanente del Museo desde hace 12 años y a todes les trabajadores que hoy no se encuentran en la institución pero que aportaron todo de sí para construir esta política de memoria. El objetivo fue reunir sus voces y reconocerlas materialmente en el sitio que en el pasado fuera sede del terror y la muerte para trastocar el sentido histórico del espacio. Esta diversidad demuestra que el Museo de la Memoria no tuvo, no tiene y, esperamos, jamás tendrá objetivos personales. Nuestra labor consiste en recuperar las luchas colectivas como marco insoslayable para entender y lograr objetivos individuales y personalísimos como es, por ejemplo, la búsqueda de un ser querido víctima del genocidio.

En este homenaje intentamos honrar las diversas etapas que el Museo ha vivido: la creación y los primeros años de funcionamiento con la Comisión directiva tomando a su cargo la formación de los equipos de educación, biblioteca e investigación mientras preparaba el primer concurso para el cargo de director en plena crisis del neoliberalismo a principios del siglo; los años la primera dirección que comenzó a imaginar cómo sería el Museo una vez lograda la expropiación del edificio de Córdoba y Moreno a la vez que continúo el trabajo de la primera comisión directiva y profundizó el diseño de los departamentos del Museo; luego vendría la toma de posesión de la sede definitiva del Museo, el comienzo de su diseño y la apertura entre marzo y diciembre de 2010 luego de una larguísima lucha de la dirección, la segunda comisión directiva y los organismos de DDHH, desde entonces la apuesta riesgosa, pero fructífera, por la articulación entre testimonios y archivos con el arte y la representación es nuestra marca distintiva; con la consolidación y crecimiento del Museo ya instalado en el edificio que le corresponde por derecho y por historia sobrevino el primer cambio en la dirección y la conformación de la tercera comisión directiva quienes, en estos años se realizaron cambios en la muestra permanente, aunque sosteniendo su espíritu, y se sobrellevaron los años de pandemia hasta llegar al año 2022 con la tercera gestión que afronta y afrontará desafíos propios de esta nueva época.

Esta historia colectiva de construcción del primer Museo de la Memoria hizo que tengamos un amplio abanico de actividades y acciones que, en su mayoría, exceden la concepción tradicional de museo que lo limita al desarrollo de colecciones de objetos y documentos, su investigación y exposición a través de muestras. El Museo no sólo hace eso: posee áreas que desarrollan acciones en relación a la investigación histórica, la educación en Derechos Humanos y memoria, la relación entre los adolescentes de la ciudad y los derechos de ayer y hoy, la asesoría jurídica para los ciudadanos que han visto vulnerados sus derechos por el Estado, preservación de documentos históricos y préstamo de bibliografía especializada en la temática y actividades culturales que apelan a diversos lenguajes artísticos como medio para la construcción y la transmisión de la memoria.

Todo lo que tenemos para ofrecer a la comunidad es resultado del trabajo incansable de cientos de personas a lo largo de estos 25 años, personas que trabajan por una sociedad equitativa y justa alejadas de las luces protagónicas. Es por ello que el Museo hizo propia la idea de Walter Benjamin: “Es una tarea mucho más ardua honrar la memoria de los seres anónimos que a la de las personas célebres. La construcción histórica se consagra a la memoria de los que no tienen nombre”.

En esta nueva etapa el Museo continuará trabajando por cumplir aquellos objetivos originales que la ordenanza de creación marca y que las primeras gestiones complementaron, y sumamos nuevos que nos permitirán hacer frente a los dilemas que ponen en entredicho nuestras estructuras y certezas. Promover las garantías de no-repetición del genocidio es, por si sólo, un techo algo bajo. Sitios como el Museo de la Memoria deben aspirar a transmitir que en Argentina sucedió un genocidio, y que los sitios de memoria son testimonio de ello. Ayudar a comprender un presente post-genocida en el que la vigencia del proyecto social, económico y político de la última dictadura convive con su condena judicial. El Museo debe invitar a que elaboremos esa paradoja para lograr un verdadero Nunca más.

Buscaremos consolidar al Museo como la caja de resonancia de los debates contemporáneos que circulan en la sociedad, a modo de ágora de Rosario: feminismos, identidades, ecocidios, genocidio por goteo, libertad de decidir sobre les cuerpes, etc. Esos debates encontrarán en el Museo un espacio de circulación, ampliación y articulación. El horizonte es agitar reflexiones, pre-conceptos y movilizar la deconstrucción del negacionismo y del proyecto de la última dictadura cívico-militar.

La muestra permanente, las muestras transitorias, las presentaciones de libros, los recitales, las obras de teatro, los talleres son medios para un mismo fin: que quien pase por el museo salga transformado. No necesariamente saldrá con mejor y mayor información sobre la última dictadura (aunque ese es el objetivo primordial) pero primero debe salir distinto a como ingresó, debe salir conmovida, movilizada, inquietada. Con ganas de saber más, de leer, escuchar, investigar, de debatir y de volver, así sea para discutir con la propuesta que le presentamos.

Como dijo alguna vez Héctor Schmucler: “Estamos aquí porque todavía pensamos que (…) podemos ser mejores si aprendemos a ser mejores, si queremos ser mejores. Y que el mundo puede ser mejor si hay una voluntad colectiva, pero sustancialmente una voluntad individual que haga al colectivo, para que seamos mejores. Si la memoria puede servir para esto, creo que nuestro esfuerzo tiene sentido". El nacimiento del Museo de la Memoria de Rosario hace 25 años al calor de las movilizaciones, luchas y resistencias del movimiento de DDHH de Rosario contra las leyes de impunidad toma sentido hoy por la insistencia en crear los puentes entre las luchas que forjaron nuestra democracia y nuestras libertades con las que hoy buscan ampliarlas. Este aniversario resulta un excelente puntapié para ese trabajo, un trabajo eminentemente político. 

 

 

Imágenes del acto homenaje por los 25 años realizado el día 28 de febrero de 2023 
 

 

 

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