Juzgarán otra vez a un represor por la apropiación de los mellizos Valenzuela Negro
La Capital - 6 de noviembre 2021
Sabrina Gullino Valenzuela Negro recuperó su identidad en diciembre de 2008.Mariano Héctor González, un exjefe de inteligencia del Ejército, será juzgado nuevamente a partir del lunes en Paraná, Entre Ríos, por la apropiación de los mellizos Valenzuela Negro, ocurrida en el hospital de la capital entrerriana durante la última dictadura cívico mientras la madre de los pequeños estaba detenida en el centro clandestino de detención denominado Quinta de Funes. Uno de ellos, Sabrina Gullino, recuperó la identidad en 2008.
González estuvo a cargo del Grupo de Tareas 1 del Destacamento de Inteligencia 121, dependiente del II Cuerpo del Ejército y en 2011 fue absuelto por los estos hechos que se analizan en esta causa, pero por decisión de la Corte Suprema de Justicia estará otra vez en el banquillo de los acusados.
El Tribunal, integrado por Noemí Berros, Jorge Sebastián Gallino y José María Escobar Cello, resolvió que las audiencias se desarrollarán en principio el lunes y el martes, y el acusado tendrá la opción de estar presencialmente o asistir por videoconferencia desde Santa Fe, donde cumple arresto domiciliario por haber sido condenado a prisión perpetua en otras causas.
El acusado deberá responder por los delitos de sustracción de menores y sustitución de identidad, por el caso de los bebés mellizos de Raquel Negro y Tulio Valenzuela, militantes de Montoneros que permanecen desaparecidos.
Uno de los mellizos, Sabrina Gullino Valenzuela Negro, recuperó su identidad en 2008, mientras que su hermano permanece desaparecido. Los bebés nacieron los primeros días de marzo de 1978 en el Hospital Militar de Paraná donde fue trasladada Raquel Negro, quien se encontraba detenida en un centro clandestino de detención conocido como Quinta de Funes.
Tras el parto, los mellizos fueron llevados al Instituto Privado de Pediatría y de allí salieron de alta ambos el 27 de marzo del mismo año. En ninguno de los juicios anteriores, en 2011 y 2018, surgieron datos precisos que permitan dar con el paradero del bebé varón, que hoy tendría 43 años y que, según indica Abuelas.org, habría pistas firmes acerca de que vive en Córdoba y es médico.
Luego de recuperar su identidad, Sabrina fue reconstruyendo su historia personal y familiar, que forman parte de nuestra historia como país. De igual manera, a partir del relato de las enfermeras, que estuvieron presentes en el momento de su nacimiento y el de su mellizo y los días siguientes, pudo tener la certeza de que su hermano nació con vida.
“A mi mamá la llevaban a hacerse controles al Hospital Militar de Paraná. Nosotros nacemos ahí, entre el 3 y el 4 de marzo de 1978. La internaron como la sobrina de Galtieri, con 40 gendarmes custodiándola. Estuvo aproximadamente 15 días en la sala 1. De ahí parece que uno de nosotros tuvo algún problema, como el hospital no estaba preparado para atendernos, nos derivan al IPP (Instituto Privado de Pediatría). Yo ingreso el 4 de marzo y el “Melli” el 10 de ese mismo mes. En el libro de ingresos y egresos se registra el nombre Soledad López que, con el tiempo, pudimos reconstruir que se trataba del nombre que me habían asignado las enfermeras, porque les dio lástima que naciéramos en esas condiciones y que al otro día no hubiera una madre ni nadie que reclamara por nosotros. Al Melli lo nombraron Facundo y en ese mismo libro quedó asentado que el 27 de marzo nos dieron el alta. Con los testimonios aportados, fuimos desechando la hipótesis de que murió al nacer, sino que se le sustituyó su identidad, ya que el “Melli” estuvo menos días internado y gastó la mitad de dinero que yo, rompiéndose la versión que había entrado en grave estado de salud”, cuenta Sabrina en el portal del Museo de la Memoria.
En tal sentido, Sabrina agregó que “a partir de estos interrogantes se fue demostrando la complicidad de los médicos propietarios del Instituto (Miguel Torrealday, David Vainstub, Jorge Rossi y Ángel Luis Schroeder). Con mi hermano Sebas, en el 2013, nos entrevistamos con ellos. El doctor Torrealday, me decía «por lo que vos gastaste y lo que gasto él, no tenía nada grave, de acá se lo llevaron vivito y coleando»”.
Sabrina resalta la importancia de la lucha de los organismos de derechos humanos, que permitieron echar luz sobre las complicidades civiles de la última dictadura. Se destaca, además, que los médicos responsables de encubrir la verdad están siendo procesados.