Avanza una causa por crímenes de la Triple A en la ciudad de Santa Fe

Diario La Capital - 29/09/14

La causa por el asesinato de dos abogadas de la ciudad de Santa Fe a manos de una patota de la Triple A en 1974 comenzó a moverse en los tribunales capitalinos. El fiscal federal Walter Rodríguez anunció que solicitará al juez Reinaldo Rodríguez una serie de medidas procesales, entre ellas algunas imputaciones, en la investigación de los crímenes de Marta Zamaro y Nilsa Urquía, ocurridos en noviembre de 1974.

La causa se reabrió en 2011 por una presentación de sus familiares y de la Asociación de Prensa de Santa Fe, que se constituyó como querellante. Zamaro nació en Santa Fe el 3 de enero de 1945, fue maestra, escribana y abogada, militaba en el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT), y a fines de 1973 entró a trabajar a Nuevo Diario donde fue electa delegada gremial. Urquía también era abogada y amiga de Zamaro, con quien además compartía la militancia en el PRT y la Comisión de Defensa de Presos Políticos.

Según la investigación, en 1974  el director del diario, Alfredo Sahd, citó a Zamaro y a María de los Angeles Pagano, delegadas sindicales, y les mostró un papel en donde bajo la frase “condenados a muerte por la Alianza Anticomunista Argentina” estaban sus nombres y el de otros empleados del matutino como Alcira Ríos y su esposo Luis Córdoba. Entre los condenados estaba Urquía, la única integrante de la nómina que no trabajaba en el diario.

El 14 de noviembre de 1974, de madrugada, Zamaro y Urquía fueron secuestradas, y en los días posteriores Nuevo Diario publicó una serie de artículos en los que destacaba el testimonio de testigos que afirmaron que “durante el hecho se sintieron gritos y pedidos de auxilio”. Dos días después sus cuerpos aparecieron en el arroyo Cululú. El médico policial que realizó la autopsia escribió en su informe que se había ejercido “una violencia extraordinaria”, precisó que “una de las mujeres presentaba múltiples lesiones” y concluyó que ambas fueron sumergidas cuando aún estaban vivas.

Un atentado contra el diario el 21 de noviembre de 1974 dejó en claro que la Triple A tampoco estaba conforme con la cobertura que el medio estaba realizando sobre los asesinatos.

“Las condiciones en que aparecieron los cuerpos, maniatados y amordazados, eran propias del modus operandi de la Triple A, y a ello sumamos que todos los testigos coincidieron en la intervención de ese grupo que además había acercado a Nuevo Diario un texto que expresaba la condena a muerte dictada contra Zamaro y Urquía”, afirmó el fiscal.

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